viernes, 24 de junio de 2011

Cuentos de Terramar

La película de Goro Miyazaki

Ghibli y Miyazaki son siempre sinónimos de buenas historias, y animación sublime, sin embargo esta ocasión se quedó corta, tal vez porque es la primer película que le conozco a Goro Miyazaki, y su estilo es desconocido para mí, o simplemente: hacer una buena película no son enchiladas.

Me duele tanto descuartizar este bebé que sólo me queda hacerlo rápido y sencillo, en pocas palabras, vamos al grano.

No entendí el 60% por ciento de la película, y el 90% de la historia, me explico: la película tiene historias secundarias que apoyan a la principal que se entienden poco, pero se entienden. Y la historia tiene un trasfondo político, cultural e histórico que nunca entiendes, simplemente porque no lo explican y no es tan evidente como su director cree.

Es lenta y el ritmo es malísimo, así como la curva de la historia está mal diseñada. La primer escena de la película es una tormenta en el mar con un muy buen enfrentamiento entre dos dragones, esto promete, sin embargo son promesas de político, después de esto se cae, y pasas los siguientes 40 minutos buscando el inicio de una historia que no se concreta hasta bien entrada la mitad de la película.

El clímax de la historia está muy cerca del final y no explican NADA. Para mí que todo está muy sugerido o es una película para fans que ya leyeron los libros y saben de qué va la historia.

Animación soberbia, se nota el estilo Ghibli en todo el arte y diseño de personajes. Paisajes realistas y fondos muy bien hechos. Los dragones, un once sobre diez. Aunque varias acciones, o layouts determinados me obligan a pensar en otras películas del mismo estudio.

YO OPINO: que debo leer el libro si quiero entender esta película. Es una ópera prima en la que Hayao Miyazaki dejó a su hijo hacer y deshacer sólo. Y que la película tiene un formato muy parecido a un libro, las películas y los libros NO SON LO MISMO, se puede contar la misma historia SI, pero siempre con medios y métodos MUY DIFERENTES.

Además Ghibli ya ha contado historias basadas en libros con anterioridad –El castillo ambulante, por dar un ejemplo– y siempre pone de su propia cosecha. No sé qué sucedió aquí y espero que no se repita nunca.

Viri

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