Y luego los ositos morados nos dijeron que era hora de vivir una ventura en el mundo de ilusión que existe dentro de nuestros sueños. Despertamos en la montaña encantada cerca de una fuente milagrosa que volvía todo lo que tocara esa agua en sueños de peces y luz de luna.
La ventura comenzó a las 11:00 en punto, con un ulular de un murciélago de cresta amarilla. Nos pusimos en marcha hacía el valle de las mujeres arrugadas. Nuestro primer encuentro fortuito se dio a las 2:00 de la tarde porque teníamos mucha hambre; una mujer niña a la que transportaba una tortuga marina, nos dio lo que le sobraba de comida, hueva de su misma tortuga. Me supieron a suspiros de niña enamorada.
El viento nos llevó en viaje directo al valle de las mujeres arrugadas y sólo nos cobró las uñas de los dedos de los pies, lo cual no lo vimos como una pérdida, ya que ¡nunca más me voy a tener que cortar las uñas de los pies!
La primer mujer arrugada que nos encontramos no estaba tan arrugada como imaginábamos, de hecho era demasiado joven para hacerle honor a ese nombre.
Ahí nos enteramos que ese pueblo se llamaba así porque hace ciento veintitrés años su pozo de la eterna juventud y belleza se había secado.
Desde entonces, todas las mujeres se habían arrugado como pasas y los hombres morían rápidamente. Pero hace poco un niño cavó un hoyo para esconder su vergüenza, y cavó tan pero tan profundo que llegó al cielo donde encontró una nube, que le pidió un beso a cambió de convertir su excavación en un nuevo pozo
de juventud y belleza.
Obviamente el niño le dio el beso. Y la nube se convirtió en agua que llenó el nuevo pozo. Nosotros decidimos que habíamos tenido suficientes aventuras para toda una vida y tomamos un poco del agua del pozo de eterna juventud y belleza.
La buena noticia es que ahora seremos jóvenes y bellos para siempre, la mala es que las uñas de los pies nos volvieron a crecer.
Viri
Pequeña explicación: no he escrito con la frecuencia deseada, y creánme me muero por hacerlo, ya que estoy "terminando" mi tesis, sólo que me prometí a mi misma que no lo haría hasta que la entregara. En fin, disfutenlo y seguiré buscando en mis antiguos respaldos a ver qué más encuentro.
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